30 de julio de 2008

ESTO NO ES OTRA CRÓNICA DE ESCRITORES (Mensaje a la lista)

No señor, no lo es. Aunque podría parecerlo.

Anoche quedé a cenar con una amiga con la que hacía mucho tiempo que no charlaba, para ponernos al día entre otras cosas. Pero al final tampoco hablamos mucho, porque junto a ella apareció otra veintena de personas que me impactó y me desbordó, por majetes y enriquecedores.


Cuando Isa me invitó a esa macro-cena, en principio convocada entre compañeros de una lista de correo y otros amigos varios que yo no había visto en mi vida, lo cierto es que a mí me entraron las congojas. Por tanta gente desconocida y por el hecho de participar en un foro. No sabía si daría la talla, porque yo no soy escritora de verdad, sólo las ganas. Pero como me apetecía tanto verla, allí que me planté. Y no sólo reencontré a dos personas que me alegraron la noche (Berna, Nacho), sino que me presentaron a otra docena que ahora me alegra las mañanas.

Con varios de vosotros tuve la impresión de conoceros de antes, porque pude campar a mis anchas desde el primer momento, "a mio agio" (como dicen los italianos), sin esa presión de estar posando (como describe Isa, requeteacertada) . Quizá porque cada uno es de su padre y de su madre, eso es lo que más me gusta. Y también porque nadie me aplicó un tercer grado ni me hizo sentir fuera de lugar, a pesar de ser la nueva :-P Así que entre caña y caña no hice más que reírme con vosotros. Y en la cena descubrí cuántas cosas podíamos tener en común. Y cuántas más me estaba perdiendo… y ese fue el principio del fin. Porque me dieron ganas de quedarme a vivir allí mismo. Pero me conozco y sé que me conviene dosificar los subidones, que luego me vuelvo loca y lo quiero dejar todo y largarme a San Andrés a escribir y traducir y yo qué sé… Por eso me rajé de camino a la copa… por eso y porque me he mudado al quinto pino y si me hubiera quedado ya no habría podido conducir (me resulta curioso que cada vez más de nosotros, exurbanitas, salgamos corriendo a algún lugar con más árboles). Y cuando a una la apodan Lady Mojito (no me debe de funcionar muy bien el gen de Segovia ni el de Burgos), tener que irse de un garito en el que esa es la especialidad de la casa cuesta bastante. Sobre todo si los compañeros de tertulia son tan divertidos.

Yo estaba embriagada (de emociones, que no de alcohol) y casi pierdo el norte, pero hasta me encaminaron hacia el parking. En el trayecto estuve tentada dos veces de dar la vuelta. Pero mi despertador tocaba diana muy pocas horas después, me decía mientras subía al coche. Otra vez esa sensación de fastidio por irme la primera, como la noche-sorpresa de Enrique. Y otro pequeño fin del mundo, porque con Isa no me dio tiempo a charlar casi nada, a Nacho cuesta pillarle en Madrid, Berna ni siquiera vive aquí… Pero la parte buena de los 50 kilómetros de vuelta es que todas las veces, quiera o no, en la carretera se me ordena la mente. Y en ese rumiar mientras conducía, llegué a una reflexión distinta, la de estar empezando algo nuevo. Puede que por eso se me quitara la agonía de no volver a vernos en mucho tiempo. Porque, al menos, os siento cerca con esta lista. Y sé que habrá otras muchas ocasiones que disfrutar con vosotros.

Mientras tanto, suscribo totalmente a Berna, “Si estoy inmersa en algo que vivo con intensidad, si estoy viviendo fundamentalmente, no tengo ni tiempo ni perspectiva suficiente para escribirlo al mismo tiempo que lo vivo”.

Pero lo intentaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

(Deja tu loncha):