26 de junio de 2014

SUS SATÁNICAS MAJESTADES

Una de las muchas cosas buenas de cumplir los 40 es haber crecido escuchando a las leyendas del rock. Y aunque a algunas de ellas no las haya apreciado hasta adulta, como al Boss (gracias a David), y a otros no se me ocurrió ir a verles en el pasado, como a Bon Jovi (gracias a los Indalos)... siempre nos queda el recurso de atrapar la nostalgia y pegarnos una gira de conciertazos en el presente, luciendo palmito de cuarentañeros y reivindicando que nos sobra energía para dar botes en un estadio ;-)

El concierto de anoche no fue el primero para mí. Los Stones ya habían dejado bien alto el listón en el '98 cuando fui a verles a Montjuic. Yo en aquel momento vivía en Barcelona y mis amigos de Madrid se burlaban de mí porque me iba a perder la oportunidad de ir con ellos. Pero entonces le entró una aluminosis al Calderón y fui la única que no se lo perdió.

Esta vez fue toda una peripecia conseguir las entradas, con 3 personas conectándose intermitentemente durante horas a un sistema on-line que colapsó a los pocos minutos de abrirse la venta y un heroico Dros que consiguió finalmente hacerse con 4 entradas, contra todo pronóstico y en una parte del estadio no prevista, pero bajo nuestros aplausos apoteósicos.

Y varios meses de impaciencia después, allí estábamos nosotros dos, compartiendo con Cati y Fer los preliminares, ignorando a unos teloneros que no nos parecían a la altura, disfrutando de unas cervezas semifrías y devorando unos bocatas de pie, pero encantados de la vida como adolescentes, en la acera de ese mismo Aki Madrid que descubrimos cuando sí lo éramos.


A puntito de la hora oficial, entramos al Bernabeu, subimos al gallinero, nos peleamos un poco para conseguir un cambio de sección por la mala acústica... y a partir de ahí, todo fue vertiginoso hasta que estábamos comentándolo con excitación a la salida. Saltaron al escenario con un frenético "Jumpin'Jack Flash" y acabaron con el imprescindible "Satisfaction", pero entre medias se metieron a tres generaciones en el bolsillo.


Varias aportaciones magníficas como la solista de gospel Lisa Fischer, el brillante bajista Darryl Jones, o el Joven Coro de la Comunidad de Madrid. Y por supuesto, el núcleo duro, incombustible.

La tranquilidad de Keith Richards, eligiendo alguna de sus 70 guitarras; la discreción sonriente de Ron Wood, arrancando riffs de blues; los gestos cachondos de Charlie Watts, haciéndose el impasible.



Aunque el espectáculo sobre todo es Jagger, con su camiseta translúcida (sólo apta si sigues así de fibroso), su despliegue de chaquetas imposibles (que sólo le quedarían bien a él), sus carreras por la pasarela y el escenario (hay que correr un ancho del Bernabeu para sentirlo), y sus míticos contoneos (siempre flexible y sensual), junto a su divertida actitud de diva, pues sólo él puede permitirse ser tan espontáneo y pasional pasados los 70. Cuando le tienes delante y te hace vibrar, se le perdonan sus escándalos y sus salidas de tono, fruto seguramente de un efecto rebote al puritanismo en el que creció. O quizá es que yo tampoco estoy siempre de acuerdo con el statu quo, o que admiro cómo se ha sobrepuesto a su reciente viudedad. O sencillamente es que son muchos años agradeciéndole que me enseñara a entender el rock... Como no, lloré con "Angie" como siempre, no lo puedo evitar...




Antes del concierto, como tantas otras veces, se dudaba de la formalidad de la banda (no sería la primera vez para los excesos del R'N'R), de su forma física (abuelos todos ellos), o de si ésta sería su última gira (mito que lleva circulando 20 años). Sin embargo, ya quisieran muchos grandes de la música más jóvenes estar tan al día, como para provocar la elección de una canción via Twitter. Y por supuesto, hoy los medios han dicho de todo, que si esta energía con esta edad es sólo para prodigios de la naturaleza, que si viajan con un geriatra, que si no todas las bandas pueden presumir de permanecer juntos 50 años, ... Pero más allá de crónicas periodísticas y de fotos en primer plano, os dejo con mi propia selección en directo. Sin duda de peor calidad multimedia, pero... sí, yo estaba allí ;-)


START ME UP:

GIMME SHELTER:



SYMPATHY FOR THE DEVIL:




(I CAN'T GET NO) SATISFACTION:




Así que la próxima vez que alguien me hable de música actual, abriré bien los oídos para ver si puedo aprender algo nuevo. Pero después le contaré a esa sobrina o al hijo de ese amigo cómo es realmente una banda épica y cómo se hace un concierto LEGEN-... espera... -DARIO!


2 comentarios:

  1. Sí, creo que yo también hubiera llorado con Angie de haberla escuchado en directo.

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    1. Y eso que Jagger se versioneó a sí mismo... pero es que incluso irreconocible seguiría siendo una preciosidad ;-)

      Eso sí, después tuve que venirme arriba porque empezaron los botes :-D

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