Hace tiempo conocí en el taller de literatura a una escritora con sentimiento, casi tanto como talento. Ha llegado a mis manos un pequeño texto suyo que, inevitablemente, tengo que compartir con vosotros. No es ningún plagio creativo, es un homenaje en toda regla:
"A las personas de la lista quiero expresarles mi gratitud. Ellas me enseñaron que puedes ser sincero sin que te sienten en la silla eléctrica, que tus lágrimas pueden calar a los demás, que la risa se contagia también a través de las palabras, que lo personal no es tan personal como uno puede pensar antes de atreverse a compartirlo. Que la intimidad es como la identidad: la defendemos a costa de nuestra vida y no nos damos cuenta de que es una —la misma— para todo el mundo." (Isabel Cañelles)
Ese nivel de desnudez del alma es el medidor más exacto de la amistad.
2 de julio de 2008
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